A mediados de mayo de 1969, tras dieciséis años como miembro del CIO, Pedro Ybarra y Mac-Mahon, barón de Güell, planteó su relevo por considerar que su etapa en dicho organismo se había cumplido con creces. Argumentando motivos personales y profesionales como causa de su irregular asistencia a las reuniones, Pedro Ybarra expuso sus razones mediante una carta enviada al presidente del CIO, Avery Brundage.
Precisamente por estos motivos profesionales no pudo coincidir el 27 de mayo en Madrid con el presidente Brundage que visitó la capital para pronunciar la conferencia titulada “Valores fundamentales del Movimiento Olímpico” con la que se cerraba el ciclo de conferencias del I Curso de la recién fundada Academia Olímpica Española, iniciado el 26 de noviembre de 1968.
No era la primera vez que Ybarra había expresado a Brundage su deseo de dejar el CIO. En la citada misiva, además de insistir en su petición de ser relevado por los motivos ya citados, le trasladaba su deseo que quien le substituyera fuese el entonces Príncipe Juan Carlos de Borbón y Borbón, del cual resaltaba que podría ser un excelente miembro del CIO por su condición de gran deportista y entusiasta del olimpismo (1). Pedro Ybarra se emplazaba a tratar el tema con Brundage aprovechando la 68ª Sesión del CIO que debía celebrarse en Varsovia del 7 al 10 de junio.
En fechas previas, Pedro Ybarra había comentado sus intenciones a algunos miembros del CIO de su máxima confianza como Ian Duke o David George Burghley, marqués de Exeter y de las que mantenía al corriente tanto al propio Príncipe Juan Carlos como a Juan Antonio Samaranch, entonces Delegado Nacional de Educación Física y Deportes (DNED) como máximo responsable del deporte español y jefe de protocolo del CIO, así como al influyente dirigente deportivo Raimundo Saporta.
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17/05/1969 La propuesta de Pedro Ybarra a Avery Brundage |
Sin embargo, no era un momento demasiado propicio ya que la imagen exterior de España estaba en entredicho no solo por el evidente autoritarismo del régimen sino también porque a nivel internacional tampoco ayudaban en nada ni la crisis con la ex colonia de Guinea Ecuatorial, tras un fallido golpe de estado, ni por la decisión el gobierno español de cerrar la verja con Gibraltar. Aunque es posible que, durante la Sesión de Varsovia, Ybarra llegara a tratar su propuesta en privado con Brundage, el tema no prosperó y quedaría definitivamente descartado cuando pocas semanas después, el 22 de julio, se aprobaba la ley 63/1969, la llamada Ley de Sucesión, por la cual el dictador el general Franco designaba como su sucesor al frente de la Jefatura del Estado y a título de rey a Juan Carlos de Borbón y Borbón. Pedro Ybarra continuó como miembro del CIO hasta 1985 en que, alcanzada la edad máxima de permanencia, pasó a ser miembro honorario hasta su muerte en 1993.
En 1972 el ya Príncipe de España fue olímpico en los Juegos de Múnich 72 regateando en aguas de la rada de Kiel en la clase Dragón acompañado de Félix Gancedo y Gonzalo Fernández de Córdoba, duque de Arión. Su rival en la fase clasificatoria española, el regatista Ramón Balcells que decidio renunciar en su favor, también fue olímpico en dichos Juegos pero en la clase Soling junto a su hijo Ramón Balcells y Joan Llort como tripulantes.