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El 24 de febrero de 2022 se cumple un año de la invasión de Ucrania por parte de Rusia. Esto hizo que muchos deportistas ucranianos se encontraran lejos de casa. Cuatro días antes habían estado participando en el 33 International Vila de Palamós Optimist Trophy, y camino de Valencia para participar en la OptiOrange se encontraron atrapados fuera de su país. En Palamós este año han estado los hermanos Sviatoslav y Anhieskha Madonich -a los que sí acompañan sus padres-, Dymitro Antipin y Olga Lubianska.
El entrenador del equipo ucraniano, Pavlo Dontsov recuerda que “el año pasado estuvimos en España en Torrevieja y estando en Palamós fue cuando estalló la guerra en Ucrania. Fuimos a Valencia para participar en la OptiOrange y decidimos quedarnos viajando por Europa de regata en regata. Y un año después volvemos a estar en Palamós sin haber podido volver a nuestro país.”
En este tiempo sido han sido unos nómadas sin una base fija en la que vivir: “Después de Palamós seguimos viajando para seguir mejorando, es por ello que no tenemos una base fija. Por cierto, nos han recibido muy bien en todos lados por distintos lugares de Europa pero en especial en Italia y España que nos han apoyado al máximo”. Dontsov dice “piensa que la mayoría de los padres están en el país, algunos en el frente, la mayoría sin trabajo y agradecemos muchísimo toda esta ayuda”.
Este año han planificado el año pensando en nuestro país: “Esta temporada hemos decidido hacer casi toda la temporada en España porque el Mundial es en la Costa Brava”.


La educación de los niños, entre los 9 y 13 años, es otro de los factores importantes a tener en cuenta, pero según el entrenador ucraniano lo llevan bastante bien: “Debido a la situación en el país y la inseguridad, la mayoría de escuelas de Ucrania hacen la formación on-line, sí hay escuelas que tienen un bunker e intentan hacer las clases ahí, pero la mayoría lo hace on-line, con lo que no es tan distinto con respecto a los que están allí, con lo que para nuestros niños no es tanto problema, pero también es cierto que estando haciendo la lección on-line, suena una alerta y se acaba la clase, es todo muy inestable. Y para nuestros regatistas no es muy estable, porque están navegando mucho”.
Pero Pavlo y los regatistas ucranianos no están del todo solos: “Hay padres que están en Ucrania y hay alguno que les han podido acompañar. En el caso de los hermanos Madonich están aquí con nosotros y el padre hace las funciones de Team Leader. La familia se encarga de todo el tema relacionado con alojamientos, comidas, etc” y añade que: “en mi caso me siento a veces como entrenador, a veces como hermano y a veces como padre; al final nos sentimos todos como una familia. Y como vivimos todos en el mismo apartamento donde vamos, somos una piña. Estoy muy agradecido a los padres que han podido por este apoyo y acompañamiento.”
El Mundial como objetivo
Svitolav Madonich es la estrella del equipo y llegaba a Palamós después de haber sido quinto en el último mundial y haber ganador las regatas de Palma y Torrevieja: “Estoy muy feliz de estar aquí. Este evento de Palamós para mí es muy especial, me sirve mucho de entrenamiento pensando en el Mundial y llegar a lo más alto en Optimist y dar el salto y seguir creciendo como regatista profesional”.
Por edad Madonich está al final de su etapa en Optimist, donde buscará luchar por ganar el Mundial: “Este es mi último año en Optimist y me gustaría dar el paso al 420. Yo quiero representar a mi país, Ucrania y estar en lo más alto en todo. Tengo un hermano navegando en ILCA 7 y que recientemente ha ganado en Torrevieja”.
Antes de terminar Pavlo Dotsov quiere lanzar una alerta: “Aparte de hacer podios y estar al más alto nivel, lo que para nosotros sigue siendo muy importante es concienciar a la gente de lo que está ocurriendo en Ucrania, tenemos la sensación de que se está olvidando, pero aparte de los resultados, lo más importante es contar al mundo esta guerra tan terrible”.
Dentro de unas semanas volverán al Real Club Náutico de Valencia, lugar en el que realmente fueron conscientes de que su letargo sería largo y su vuelta a casa incierta. Ahí también se les acogió y se les ayudó, está claro que vayan donde vayan se les cuida y se les mima, y Palamós ha sido un ejemplo más de ello.